domingo, 18 de enero de 2015

silencio

¡Dios! el silencio, que placer pero nunca existe, si no es por ruidos de la naturaleza urbana o de el interior de la vivienda, son del cuerpo, zumbidos, palpitos, respiraciones, nunca he estado totalmente en silencio, igual que el sordo desea oír el mínimo ruido, rumor, chisporroteo, yo aveces deseo oír nada, un silencio donde no exista nada, amo la música, amo la melodía, pero el silencio es una gran melodía, la melodía mas difícil de escuchar, es la voz mas experimentada, pues el que mira y no dice nada, tiene algo mas que contar, pero espera y te lo enseña como nadie hace, como sentado en una playa, no te dice nada, pero te da a explicar como conectar con tu yo........ es increíble pues el silencio a su vez es sinónimo de soledad y la soledad dicen que no es buena, pero con soledad llega el mas ligero silencio, el cual te cuenta lo mas profundo de la vida, si el silencio hablara las voces callarían, si el silencio hablara el mundo se silenciaria eternamente, pues seria cuando mas creceríamos, tendríamos una biblioteca intangible al rededor, pero claro no lo entenderéis, os acordáis en karate kid cuando le pregunta ¿que dice la flor al abrirse el capullo? pues era nada; Y eso explicaba mas de lo que todos se podían imaginar, pues la paciencia de esperar y mirar, escuchar algo que nunca llegara te da vida, mientras que oír las respuestas te la quita, pues si todos se silenciaran un poco más, escucharían el mundo y creo que todos llorarían junto a el, sabrían que algo no va bien, pues hablamos sobre los demás sin primero hablar sobre nosotros, no paramos a sacar nuestra paja y empezamos a juzgar y hablamos, hablamos de esto, hablamos de aquello, y mientras yo callo en un silencio casi sepulcral escucho a todos, y es cuando mas deseo por un segundo, por un misero segundo un silencio, unas notas de silencio, en un pentagrama que yo escriba, para cuando todos estén escuchando el mismo silencio, la melodía de la vida y del viento, del espacio y del tiempo suene cual orquesta interpretando un hijo de Bach o una de las semillas de Mozart, pero si no sabemos silenciarnos para oír el mundo, como sabremos leer a uno que se silencia y solo habré la boca ante el compás o ante lo que ya esta harto de escuchar, si no nos silenciamos y no callamos, jamas escucharemos al niño dentro de nosotros que nos dirá, mira, calla y escucha, ¿que hay a tu alrededor? y sabremos entonces que nada mas que el silencio que nos acompañara hasta la decadencia de nuestra anima, y por un simple segundo, yo y solo yo, tendré ese silencio que tanto deseo, y solo sera roto por esas notas que tanto sueño.